Dedicada a trabajar desde hace 29 años en la defensa de los derechos humanos, Julieta Montaño se declara preocupada por el anuncio del presidente Evo Morales de que Bolivia se alejará del Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) de la OEA, porque los ciudadanos quedarán en la indefensión.
¿Qué significa la salida de Bolivia del Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) de la OEA?
Salir de la SIDH no es tan fácil como lo menciona el presidente Evo Morales, y peor para el caso boliviano cuando la Constitución Política del Estado (CPE) contempla como parte del bloque de constitucionalidad todos los tratados y convenciones internacionales que han sido ratificados por Bolivia. Una salida o una denuncia de la Convención Americana de Derechos Humanos implicará una modificación de la CPE y tendría que hacerse a través de los propios mecanismos y procedimientos que señala la Constitución. En el hipotético caso de que Bolivia, siguiendo las iniciativas de Venezuela, de Ecuador y Nicaragua, pretendiera renunciar a la SIDH, se coloca en una situación realmente lamentable y se expone a un aislamiento.
¿Por qué el aislamiento?
Porque los estados democráticos de América y el mundo tratan de fortalecerse en sus mecanismos de protección de derechos humanos y, externamente buscan fortalecer las comisiones y las cortes interamericanas de derechos humanos y la corte europea de derechos humanos. Pensar que Bolivia dé ese paso, sería un retroceso.
Hay algunos que se han retirado y ¿por qué no están aislados?
Venezuela es uno de los países que ha salido de la comisión, pero igual tiene que rendir cuenta ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Un Estado no democrático puede someterse a una situación de aislamiento que es ser un paria internacional.
En caso de que Bolivia se retire del SIDH, ¿el Estado no recibirá sanción si incurre en violaciones a los derechos humanos de los ciudadanos? Si Bolivia se apartara del SIDH no se libera la responsabilidad de acudir ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos porque es un organismo que depende de la OEA; por lo tanto, primero tendría que retirarse de la OEA para no ir nunca más a la comisión. Por la suscripción de la Carta Americana, todos los estados, incluso los que no han reconocido esta comisión, como EEUU y Canadá, acuden para rendir cuentas cuando son denunciados. Sin embargo, no pueden ir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos porque a esa instancia solo acuden los estados que aceptan la Corte.
El Gobierno boliviano aduce que se retirará del SIDH porque la sede de la comisión está en EEUU y porque ese país, junto a Canadá, son los principales aportantes de la OEA y son, justamente los que no reconocen a la CIDH. ¿Qué opina?
Eso refleja el total desconocimiento de la diplomacia boliviana sobre la creación de los organismos internacionales. La CIDH funciona en Washington porque cuando se estaba creando la OEA se acordó que estuviera en EEUU, pero no puede modificar la carta fundacional porque los dirigentes temporales de algunos gobiernos pidan el cambio de sede. En cuanto al financiamiento, los países miembros aportan a la OEA para su funcionamiento, pero es importante mencionar que son, precisamente, los países que están en mora los que cuestionan.
¿Qué implica para el ciudadano común que Bolivia se aleje de la SIDH?
Para el ciudadano común es un peligro. Esta tendencia de gobiernos que se denominan populares aparecen en un momento paradójico en que los genocidas de la década de los 80 y de los 90 están siendo sentados en los banquillos de los acusados por violación a los derechos humanos. Parecería que estos genocidas tienen fuertes influencas para infiltrar gobiernos y cobrar venganza ante la Corte y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que colocaron en jaque a estos genocidas. El expresidente de Argentina Jorge Videla está siendo juzgado por decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que ordenó a ese país que dejara sin efecto las leyes de punto final.
Protagonista
Cargo: Representante del Comité de América Latina y el Caribe para los derechos de la mujer
Ciudad: Cochabamba
Perfil profesional
Desde su juventud se dedicó a la defensa y promoción de los derechos humanos. Hace 29 años dirige la Casa Jurídica para la Mujer en Cochabamba. Es una de las fundadoras de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos en Bolivia, en la época de la dictadura de Hugo Banzer, hecho que le costó reclusión y exilio en varios países.
por: Leopoldo Vegas (Santa Cruz)